Nuestro conocido Marcelino era sin dudarlo una persona familiar al cien por cien. Empezando por su familia, en la que nació, y siguiendo por la que ha formado. Desde pequeño se preocupó por sus hermanos de sangre y después por sus hermanos de fe. Gracias a él la familia Maristas se ha extendido por el mundo y cada vez somos más.
En todo momento tuvo dedicación a sus "hermanitos de María" (como se llamaban antes entre ellos). Como, por ejemplo, cuando iba con un hermano caminando por el bosque y le sorprendió una ventisca, él nunca perdió la fe y cuidando a su hermano consiguieron salvarse.
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